Esta peculiar condición que se manifiesta en distintas especies, ocurre debido a una anomalía en la cantidad de melanina (sustancia que pigmenta a los ojos, la piel y el pelo) que produce un organismo. Una particularidad en el iris que afortunadamente no altera la capacidad visual.
Existen dos tipos de heterocromía:
– Iridium o completa: en la que cada ojo tiene un color totalmente distinto.
– Iridis o parcial: en la que en un iris se aprecian diferentes tonalidades.
Se identifican dos causas:
– Congénita: cuyo origen es genético.
– Adquirida: originada por exposición a ciertos medicamentos, un traumatismo o una enfermedad (como neurofibromatosis, uveítis o glaucoma).
Entre las razas caninas con predisposición a esta condición encontramos el husky siberiano, pastor australiano, border collie, gran danés, corgi galés de Pembroke y el perro leopardo de Catahoula.
Es importante que en los casos no congénitos, se acuda oportunamente a un médico veterinario para que examine al paciente, determine las causas de la condición e indique un tratamiento.
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