El glaucoma es una patología ocular degenerativa que provoca la pérdida paulatina de la vista.
Se produce por la acumulación desmesurada de humor acuoso y un aumento progresivo de la presión intraocular, que degeneran al nervio óptico y la retina, provocando la pérdida parcial o total de la visión.
Mediante ciertas estructuras adyacentes al iris -llamadas cuerpos ciliares- el ojo produce un fluido intraocular (o humor acuoso), que lo lubrica y protege de posibles lesiones.
Cuando dicho fluido no circula naturalmente por los canales de drenaje hacia la corriente sanguínea, se acumula, produce hipertensión ocular y puede derivar en glaucoma.
De acuerdo a su origen, se pueden clasificar dos tipos de glaucoma:
– Primario o congénito. Cuando se manifiesta por herencia genética.
– Secundario o agudo. Cuando se produce a consecuencia de otros padecimientos como uveítis, cataratas o neoplasias. Asociado a infecciones sistémicas como toxoplasmosis, leucemia, inmunodeficiencia felina o coronavirus. Y traumatismos por accidentes o peleas.
Desafortunadamente, los síntomas iniciales del glaucoma son poco evidentes, por lo que una gran parte de los casos se detectan cuando la enfermedad ya está avanzada y el felino ha perdido parte de su visión.
Con el objetivo de obtener un diagnóstico lo más oportuno posible, es vital estar atentos a:
– Cambios de conducta o estado de ánimo.
– Inseguridad al caminar. Desplazamiento lento y titubeante en los lugares habituales.
– Tropiezos con muebles u otros objetos. Por una percepción espacial deficiente.
– Sensibilidad en los ojos. Expresión de molestia ante los cambios de luz en el entorno.
– Dolores de cabeza. Oposición al contacto con su frente, pómulos y sien.
– Náuseas y vómitos.
– Pupilas dilatadas. Aun en estado relajado o en condiciones de abundante luz.
– Lagrimeo y enrojecimiento de la esclerótica (área blanca del ojo).
– Presencia de un halo gris-azulado entorno al iris (área que define el color del ojo).
– Aspecto opaco en pupila (área negra del ojo) e iris.
Aunque puede afectar a individuos de cualquier edad o raza, suele presentarse con mayor frecuencia en felinos ancianos y de razas persa, himalayo, birmano y siamés.
Ante uno o más síntomas de los previamente enlistados, es vital acudir lo antes posible a un médico veterinario. Más aún, si hay antecedentes de padecimientos como los asociados al origen del glaucoma de tipo agudo o secundario.
En el proceso de diagnóstico, el médico veterinario determinará la causa del problema en la circulación del fluido intraocular. Y mediante medicamentos intentará reestablecer el equilibrio en el mecanismo de humectación y drenaje del ojo.
En caso de que el proceso degenerativo esté demasiado avanzado, propondrá drenar artificialmente la cavidad intraocular mediante una cirugía láser. Y si el ojo ha perdido totalmente su función y existe el riesgo de que se presenten infecciones u otras enfermedades, recomendará un procedimiento quirúrgico para extirpar el órgano y suturar la cavidad. O si se requiere, colocar una prótesis (con fines estéticos).
Lamentablemente, pese a que puede frenarse el avance de la enfermedad, es imposible recuperar la capacidad de visión perdida. Además de que, la efectividad del tratamiento dependerá del origen de la patología, grado de afectación y perfil específico del paciente.
Si tienes dudas o requieres mayor información sobre esta enfermedad, nuestro personal médico con gusto puede brindarte orientación.
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