Al igual que los seres humanos, los animales domésticos y de compañía pueden ser víctimas de diversas patologías neuro-músculo-esqueléticas, que en su tratamiento y manejo médico o quirúrgico requieren de terapia física para tolerar y superar procesos incapacitantes y dolorosos.
Para lograr una óptima rehabilitación física se combinan tratamientos, terapias, técnicas (no invasivas ni agresivas) y aparatología, que se aplican gradual y progresivamente con el objetivo de recuperar, mejorar y preservar las funciones y capacidades físicas (equilibrio, postura, flexibilidad, movimiento, fuerza, resistencia, etc.) de un paciente.
Una amalgama de rutinas de ejercicios (pasivos y activos), masajes, aplicación de calor (superficial y profundo), electroestimulación, magnetoterapia, ultrasonido, luz infrarroja, láser, etc.
La terapia física es especialmente útil en el tratamiento de: traumatismos óseos y musculares; lesiones de ligamentos y tendones; edemas, ulceraciones y heridas; procesos inflamatorios musculares o articulares; procesos que afecten terminales nerviosas y procesos degenerativos articulares en animales seniles, entre otras patologías.
Al igual que con otras disciplinas médicas, la terapia física debe ser realizada por un especialista certificado, de acuerdo a la patología, cuadro clínico y perfil específico de cada paciente; de lo contrario podría ponerse en riesgo su bienestar.
Si deseas conocer los beneficios que la terapia física puede aportar a la salud y calidad de vida de tu mascota, nuestros especialistas con gusto pueden proporcionarte mayor información o dar respuesta a tus dudas.
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